jueves, 17 de marzo de 2011

El Fin de una Historia

Días atrás, recibí un e-mail que me dejó sorprendido. Había perdido el contacto con esta persona por casi 9 años, ciertamente la despedida no había sido la mejor, todo había ocurrido tan rápido que algunas cosas quedaron al aire sin solución.

Durante mucho tiempo traté de comunicarme, pero no obtuve respuesta alguna, no tenía un teléfono al cual llamar, tampoco ninguna dirección a la cual pudiera escribir, lo único que sabía era que estaban en España.

El tener estas noticias hizo que reviviera algunos recuerdos de juventud, que recordará cosas que quedaron sin aclarar, para empezar el tener estas noticias en un momento algo inestable de mi vida, me lleno de alegría de una manera que no sentía hace mucho tiempo.

Pero a veces, la cosas no son como parecen, y las noticias que uno puede llegar a recibir muchas veces nos dejaran más tristes y deprimidos. Como en esta ocasión.

Empezaba con un saludo muy cordial, preguntando luego como había estado en todo este tiempo, las palabras eran muy francas y mostraban una verdadera preocupación, el resto del contenido fue algo más intenso.

En el cual se ofrecía una disculpa y trataba de dar una explicación a todo lo ocurrido años atrás, cosas de las cuales yo estaba enterado desde ya muchos años, y no precisamente por su boca. Los comentarios llegaron después de su partida, no fue grató el tener que enterarme de esa manera, sin embargo el resto del e-mail me dejó perplejo.

El saber cual había sido el verdadero motivo por el cual se había producido semejante decisión, me dejó más preocupado de lo que ya estaba, mis dudas crecieron y mis temores también aumentaron.

Tenía casi 18 años cuando ella se fue de la noche a la mañana, nos habíamos conocido 2 años atrás, de forma casual podría decirse, las cosas simplemente ocurrieron en su debido tiempo, me tomo como dos meses hablarle, ya que siempre nos encontrábamos en el camino a la misma hora, y siempre hacíamos la misma ruta.

Con el temor que todo joven tiene al intentar hablar por primera vez con una chica que le gusta (porque es sabido, que tenemos miedo de ser rechazados, aunque no lo aceptemos), tuve el atrevimiento de presentarme y preguntarle su nombre, finalmente las cosas no me fueron tan mal, esta jovencita tenía la misma inquietud que yo.

Habiendo empezado una bonita amistad desde el primer momento en el cual supimos nuestros nombres y luego de unas semanas de seguir encontrándonos y compartiendo el mismo camino diario,  la invite a salir un sábado por la tarde, luego del trabajo, la primera salida fue demasiado aburrida creo yo, pero no rechazó la siguiente invitación, salimos a pasear muchas veces, por así decirlo, recuerdo que teníamos diferentes gustos en algunas cosas, nuestras ideas no eran muy compatible que digamos, siempre habían diferencias de opiniones en nuestras conversaciones, a veces terminábamos discutiendo sin querer, pero eso era lo interesante de conocernos.

Con el paso de las siguientes semanas, pasamos de la amistad al enamoramiento, supongo que contar el resto no viene al caso, ya que es obvio lo que sucedió. Solo hago mención que duro 2 años aproximadamente.

En el e-mail, me comentó que su madre que por aquellos años, había conseguido un trabajo en España, al principio tuvo la intención de dejarla en Lima a cuidado de su hermano mayor, pero cambió de opinión, luego que escuchara una conversación por teléfono que ella tuvo con su amiga, en esta conversación ella le contaba a su amiga, que tenía un retraso de 2 semanas, que estaba asustada (ya que no era la primera vez que ocurría), lo cual generó que su madre tomara la decisión de llevarla a la fuerza a España, aduciendo que no permitiría que se quede en Lima para que se arruine la vida. El hecho era que ella, por ese tiempo todavía no era mayor de edad, lo cual la obligaba a estar bajo la tutela de sus padres.

Partió sin poder avisarme que se iba, como no había manera de contactarse conmigo, ya que por aquellos años el tener un celular no era tan fácil como ahora, en aquellos tiempos era un verdadero lujo tener uno. No pudo despedirse de nadie, el viaje fue abrupto y rápido.

El resto del e-mail, era el como había logrado ubicarme. Ciertamente fue una suerte, ya que días antes me había encontrado por casualidad con su amiga, a la que no veía desde aquellos años, le di mi correo por que ella esta trabajando en un lugar que llamó mi atención y necesitaba que me envíe algunos datos, fue así obtuvo mi e-mail ya que mantenía un contacto esporádico con ella.

Le respondí dándole mi número de celular, y que deseaba hablar con ella.

A los pocos días me llamó, hablamos durante mucho tiempo, aclaramos varias cosas, para empezar el retraso solo había sido eso, un retraso, no había estado embarazada como pensó su madre, me contó que había pasado varios meses muy deprimida, y que dedicó el tiempo a estudiar Psicología en Barcelona (ahora entiendo por que tenia tanta paciencia conmigo), también que conoció muchas personas, y al que sería su esposo, pero también sabía que con el tiempo lograría hablar conmigo y poder así estar tranquila.

Ahora ella estaba muy feliz, se casaba en unos días, y fue una suerte que pudiera comunicarse conmigo, quería tener todo aclarado para esa fecha, y todo estaba sucediendo naturalmente sin que lo buscará.

Luego de hablar con ella, supe finalmente que podría cerrar un capítulo de mi vida, un capítulo que estaba sin terminar. Sin embargo también dejo en mí una duda, algo que ha venido dando vueltas por mi cabeza desde hace ya varios años.

Será posible que aquello que temo sea cierto, no lo sé, solo el tiempo lo dirá, lo único que tengo claro ahora, es que las cosas pasan por que tienen que pasar.