lunes, 22 de marzo de 2010

Yo fuí aquel

Han pasado muchos días desde que escribí. Todavía me encuentro intrigado por saber quien fue la persona que escribrió en aquel pedazo de papel que dejó sobre aquella banca en ese parque, el saber que fué lo que lo motivó a repartir las rosas que llenaron de dicha ha aquella señora.

Habían transcurrido varios días desde aquella tarde, me encontraba dandole vueltas a lo que paso ese día, tratando de imaginar las posibles situaciones de aquel momento, parecía un director de cine proyectando en su mente lo que transmitiría en la pantalla, muchas de las cosas que imaginé parecían irreales y otras demasiadas fantasiosas.

Ya sea en el bus, o caminando, trataba de ponerme en el lugar de aquel joven, en cual habría sido mi reacción, la actitud que habría tomado en ese momento, como se encontraba mi estado de ánimo, como hubiéra actuado al día siguiente al encontrarme con la persona que me no se presentó a la cita, o hubiéra evitado buscarla, que tan enojado estaría, etc, en todos estos posibles escenarios que imaginé, ciertamente todas mis reacciones y actitudes fueron muy malas, desde tirar las rosas al suelo y pisarlas, hasta simplemente tirarlas en un tacho de basura, pero en ningún momento pasó por mí cabeza hacer lo que hizo aquel joven, caray como somos de diferentes las personas, lo otro que si estába seguro era que a menos que la chica hubiéra sufrido un accidente, o un familiar talvez estuviéra grave, le hubiéran robado el celular y no tuvo como avisarme que no vendría, lo hubiéra comprendido, hasta entonces evitaría encontrarme con ella, para así no hacer o decir nada de lo que después deba arrepentirme.

Por esos días mientras caminaba fumando un cigarro que según yo había prometído dejar, cosa difícil de hacer si eres de aquellas personas que se pierden en sus pensamientos y dejan que su imaginación vuele, como era mi caso, aquella promesa solo queda en eso, en algo sin cumplir, ya que sin darte cuenta estas comprando un cigarro y vuelves nuevamente al vicio.

Lentamente miraba como se consumía el cigarro, observando las figuras que formaba el humo mientras el fuego avanzaba quemandolo suavemente, estaba como hechizado perdido en las formas del humo que no me había percatado que Ulises un amigo de la zona, al que conocía desde hace ya muchos años, se acercaba con aquel andar tan peculiar.

Desde niños caminaba mirando al suelo, como si estuviera buscando algo que se le perdío, ya de adolecente esa forma se mostro más fuerte, hasta el punto que se le podía reconocer a la distancia sin necesidad de hacer mucho esfuerzo.

-Que tal Odiseo, a los tiempos que te dejas ver loco (Odiseo era la forma que yo lo llamaba  en relación al personaje de la Odisea).

-Que hay tío, eso te diría a ti, que ya no andas con los amigos.

-El trabajo loco, ya sabes como es mi vida, de la casa a la oficina y de la oficina a la casa, una rutina diaria un poco dificil de romper, ya sabes hay que cumplir con las responsabilidades adquiridas.

-Me imagino - contesto.

-Pero dime por que estas tan bajoneado, estas más desanimado que antes, que te ocurre, otra vez con problemas en casa.

-Nada tio, en casa todo bien, en lo personal es la cosa.

-Caramba, que cosa tan mala te pudo haber sucedido que te dejo asi.

-Cosas tio, cosas que no quiero responder.....

-Sabes el otro día estuve por acá y no sabes lo que ocurrió.

-Algo interesante supongo....

-Digamos que algo curioso......

Asi que le comente lo ocurrido ese día, las rosas, el papel y demás.

-Ah eso....

-Como que eso, ya tú sabias .

- Si, si sabía.....

-Y quien te contó?????

-Nadie.....

-Como que nadie, entonces como sabes?????

Mirandome con unos ojos llorosos me dijo: "Yo fuí aquel".............

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